Todo lo que necesita saber sobre el funcionamiento de una línea de trituración de RAEE

 

Los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) requieren un tratamiento especial, encaminado a minimizar el riesgo de contaminación ambiental y proteger la salud de todos, además de permitir la recuperación de una gran cantidad de materias primas presentes en su interior que, una vez diferenciadas, pueden ser útiles reutilizado. Por este motivo, solo pueden tratarse en plantas autorizadas para su recuperación y reciclaje, de conformidad con la normativa italiana y europea.

Pero ¿cómo funciona una planta de tratamiento de RAEE? Veámoslo juntos.

 

Las actividades de las plantas de tratamiento de RAEE

El proceso de reciclaje de RAEE varía según las características del tipo específico de residuo eléctrico o electrónico que se deba tratar.

Dentro de las fábricas se llevan a cabo muchas actividades, involucrando una serie de maquinaria que se puede utilizar en diferentes configuraciones, según las diferentes necesidades de procesamiento. Las máquinas suelen operar en combinación entre sí, coordinadas por software que garantiza la correcta ejecución de las distintas fases de trabajo.

El primer paso al que se someten los RAEE, una vez llegados a la planta de tratamiento, es su almacenamiento en entornos especiales protegidos. De esta manera, los desechos pueden protegerse antes de continuar con los pasos de procesamiento posteriores, y no hay riesgo de dispersión en el medio ambiente de las sustancias nocivas que contienen. En esta etapa, los RAEE ya están agrupados por categorías, por lo que tipos de residuos similares se almacenan juntos, pendiente de su tratamiento.

La primera fase del tratamiento real de RAEE requiere que todos los residuos se aseguren y posteriormente se desmantelen. La seguridad es necesaria para eliminar una serie de sustancias peligrosas (mercurio, aceites, refrigerantes …) que podrían constituir un peligro para el medio ambiente y la salud humana, y que también podrían dañar las plantas de tratamiento con su acción desgastante o corrosiva. Este paso se realiza normalmente a mano y requiere que un operador desmonte y retire todos los componentes potencialmente peligrosos, recogiendo las diversas sustancias en contenedores especiales que luego se eliminarán por separado en un momento posterior. En esta fase también se pueden recuperar algunos de los componentes preciosos presentes en los residuos, desarmándolos a mano, y se puede realizar una primera diferenciación de materias primas particulares (por ejemplo, plásticos de alta calidad), que se pueden separar manualmente.

Una vez que los residuos han sido asegurados y desarmados sumariamente, el material se tritura, que se carga en cintas transportadoras que lo envían a la máquina trituradora de dos o cuatro ejes. Dependiendo del tipo de residuo, la máquina se puede utilizar a diferentes potencias, y también se pueden prever varias fases sucesivas de trituración. En cualquier caso, el objetivo final es reducir significativamente el tamaño de los residuos, que normalmente finaliza la fase de trituración transformada en fragmentos de pocos centímetros.

A continuación, el material triturado se selecciona pasando por diferentes máquinas: en esta fase se produce la separación de los metales ferrosos y no ferrosos, que una vez clasificados son enviados a las plantas que los procesan como materias primas secundarias. Todo el polvo generado durante este proceso es aspirado, para evitar que dañe la calidad del material seleccionado y para prevenir cualquier tipo de contaminación ambiental.

 

El reciclaje de RAEE: qué materiales se pueden recuperar

El complejo mecanismo de recuperación de RAEE y la presencia de plantas especiales de reciclaje tiene como objetivo recuperar la mayor cantidad posible de materias primas, tal como lo exigen las normativas europeas e italianas. El tratamiento de RAEE en plantas de reciclaje dedicadas le permite recuperar:

  1. Metales: Los metales son el componente de los RAEE que se puede reciclar con mayor éxito y con mayor rentabilidad en términos económicos, ya que los procedimientos de reciclaje son relativamente sencillos y permiten la recuperación de grandes cantidades de material. Los metales más comunes contenidos en RAEE son
  • Hierro, procedente principalmente de los circuitos frigoríficos y de las carcasas RAEE R1 y R2 (equipos frigoríficos y grandes blancos)
  • Aluminio, presente en todos los diferentes tipos de RAEE y en particular en frigoríficos
  • Cobre, procedente de cables eléctricos y circuitos de refrigeración
  • Oro, plata, platino y otros metales preciosos, presentes en pequeñas cantidades en los componentes electrónicos de los RAEE R3 y R4 (televisores, monitores y pequeños electrodomésticos). Si pensamos que un teléfono móvil contiene más de 250 mg de oro y una computadora personal más de 6 gramos de oro y casi un gramo de plata, es evidente que la recuperación de estos materiales es sumamente ventajosa a nivel económico, dado la gran cantidad de dispositivos electrónicos que se desechan a diario.
  1. Vidrio: el vidrio proviene principalmente de RAEE tipo R3 y, en particular, de tubos de imagen de televisores y monitores. Con la sustitución paulatina de las pantallas de tubos de rayos catódicos por pantallas de plasma o LCD, la cantidad de vidrio presente en los RAEE está disminuyendo, pero dado que este material se puede recuperar al 100% sigue siendo un recurso importante
  2. Plástico: en casi todos los RAEE existen diferentes tipos de plásticos, como Poliestireno (PS), Polietileno (PE), Polipropileno (PP) o Policloruro de vinilo (PVC). Una vez recuperados, pueden enviarse a plantas de reciclaje de plástico o transferirse a plantas de conversión de residuos en energía para la producción de energía.
  3. Mercurio: los dispositivos médicos o los interruptores de vieja generación contienen cantidades significativas de mercurio. Dada la peligrosidad de esta sustancia, su separación debe realizarse manualmente antes de la fase de trituración de residuos.
  4. Aceites lubricantes: estos aceites están presentes en los circuitos frigoríficos de frigoríficos, congeladores y aires acondicionados, y cada uno de estos aparatos puede contener entre 200 y 300 gramos. Estas sustancias deben extraerse directamente de los compresores, recuperarse y finalmente recuperarse como materias primas secundarias.

 

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