Uno de los principios fundamentales de la economía circular es la necesidad de predecir, desde la fase de diseño de un producto, su destino una vez concluido su ciclo de vida, reflexionando sobre los métodos correctos de eliminación, recuperación y reciclaje.
La importancia de este principio es evidente al considerar la producción y posterior eliminación de paneles fotovoltaicos: este tipo de productos, diseñados específicamente para promover el uso de fuentes de energía renovables con un menor impacto ambiental que los combustibles fósiles, se ha expandido exponencialmente en las últimas décadas, siguiendo una tendencia que no muestra signos de desaceleración. Sin embargo, los paneles solares se fabrican con materias primas valiosas cuyo procesamiento tiene un impacto ambiental significativo y, por lo tanto, están sujetos a obsolescencia.
Por lo tanto, es esencial desarrollar soluciones capaces de optimizar la vida útil de los paneles de nueva producción, sin olvidar la importancia de gestionar de forma eficaz y correcta la eliminación y el reciclaje de los paneles fuera de servicio, cuyo número se prevé que aumente significativamente en los próximos años.
¿Cuánto dura de media un panel fotovoltaico?
Los paneles solares están compuestos por láminas de vidrio y marcos metálicos que albergan células de silicio. Estas células son responsables de generar electricidad a partir de la energía solar, pero su eficiencia disminuye con el tiempo, lo que las hace cada vez menos competitivas. Actualmente, la vida útil de un panel solar se estima en unos veinte años, y aunque la investigación en este campo está avanzando y los paneles de nueva fabricación pueden mantener su eficiencia durante unos 25 años, aún es necesario ofrecer soluciones eficaces tanto para la eliminación de los nuevos paneles solares como para la gran cantidad de sistemas instalados en el pasado que se acercan gradualmente al final de su vida útil.
Si consideramos que la expansión de la energía fotovoltaica en Italia comenzó en la década de 1990 y creció de forma cada vez más significativa a principios de la década de 2000, es evidente que los primeros parques fotovoltaicos ya han llegado al final de su vida útil y pronto serán desmantelados definitivamente. Esta transición también se verá acelerada por el crecimiento constante de la eficiencia de las células solares de última generación, lo que significa que un sistema instalado hoy puede producir, en la misma superficie, el doble o incluso el triple de energía que un sistema instalado hace una década. Ante esta situación, la sustitución de paneles solares obsoletos por sistemas de fabricación más reciente resulta especialmente rentable.
Se estima que para 2050 será necesario gestionar la eliminación y el reciclaje de aproximadamente 4.000 millones de paneles solares individuales, con un peso de casi 80 millones de toneladas de material. Esta cifra podría aumentar aún más si, como ocurre actualmente, la expansión de este tipo de sistemas continúa creciendo.
Cómo reutilizar paneles fotovoltaicos y convertir residuos en recursos
Los paneles solares se fabrican principalmente de vidrio, aluminio y otros materiales reciclables y reutilizables, y actualmente se estima que entre el 95 % y el 98 % de cada panel solar se puede recuperar, dependiendo del tipo de tratamiento al que se someta.
Un panel solar desmantelado de 22 kg puede proporcionar aproximadamente 14 kg de vidrio y casi 3 kg de aluminio, así como cantidades significativas de otros materiales preciosos como silicio, cobre y otros metales.
Además, no debe olvidarse que las células solares también contienen pequeñas cantidades de plomo, cadmio y otras sustancias potencialmente peligrosas para el medio ambiente, cuya dispersión debe evitarse. Las cantidades de estos materiales presentes en un solo panel son extremadamente limitadas, pero el elevado número de paneles que se acercan al final de su vida útil exige una consideración seria de este aspecto y la implementación de estrategias eficaces para la correcta separación de los materiales de los paneles, la recuperación de componentes peligrosos y la valorización económica de las piezas reciclables.
Por todas estas razones, es razonable creer que el mercado del reciclaje de paneles fotovoltaicos y la recuperación de sus materiales experimentará un crecimiento rápido y significativo en los próximos años: de aquí a 2050, asistiremos a un crecimiento exponencial en el número de paneles solares que se desecharán, en paralelo al crecimiento de la difusión de este tipo de producto desde principios de la década de 2000 hasta la actualidad.
El desarrollo de estrategias eficaces para la recuperación de paneles fotovoltaicos en desuso permitirá a las empresas de tratamiento de residuos dotarse de herramientas que protejan el medio ambiente y garanticen una rentabilidad económica significativa, evitando el desperdicio de materiales valiosos que, de otro modo, simplemente acabarían en vertederos.
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